El frío

El frío, viajero errante e inesperado, no se va de mi vida, a no ser que a su hermano le ceda el paso. Es vacilón y persistente, ya que no sabes cuánto estará junto a ti ni cuándo se marchará de tu hogar. Invisible es, pero tal cualidad delata su detección en forma de sensación. El pobre constipado, estornuda vientos, lloriquea lluvia y su gélida tos se vuelve un fino polvo antes de llegar a nosotros. Llegando meses primaverales sigue observador, pero de forma incontrolada él empieza a lagrimar a causa de la fotosensibilidad; pero se termina acostumbrando y en verano duerme una larga siesta.

Hugo López de Juan 1º ESO C

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