El día 8 de marzo se celebra, en todos los países del mundo, el día de la mujer trabajadora. En clase de Educación Plástica y Visual, en 3º de la ESO, hemos aprovechado la ocasión para realizar una reflexión sobre los estereotipos de género, sobre cómo en la vida cotidiana, en la publicidad y en los medios de comunicación se nos presentan permanentemente estereotipos sobre la mujer, a la que se la valora más por su cuerpo que por sus cualidades personales.
Aún hoy muchas personas creen (explícita o implícitamente) que las mujeres son débiles y están destinadas a ejercer trabajos más “sentimentales”, pasivos y secundarios, ocupándose los puestos de dirección y organización, en una gran mayoría, por hombres. Hay una especie de “techo de cristal” o limitación, según la cual hay aparentemente igualdad en las normas y leyes, pero que en la práctica no se lleva a cabo.
También hemos hablado de los micromachismos, que son todas aquellas actitudes y conductas que se han incorporado a nuestra vida cotidiana como canciones, dichos y refranes, chistes, comentarios “ingenuos”, “sin malicia”, pero que ridiculizan a la mujer o la comparan con el hombre para destacar la superioridad “normal” de los varones, consiguiendo sutilmente normalizar (parecer que sea normal) la mentalidad machista, es decir, la creencia de que la mujer es inferior.
Por último, se explicó en clase la historia del 8 de marzo, la causa que motivó que se eligiera esa fecha.
Una vez comprendida la importancia que tiene defender la igualdad de mujeres y hombres, se propuso como trabajo elegir una mujer que haya aportado algo interesante a la Humanidad y representarla mediante alguna técnica gráfica o plástica, con el fin de visibilizarlas y valorarlas, puesto que generalmente muchas mujeres valiosas han pasado desapercibidas a lo largo de la historia. Se dio libertad para elegir a la mujer y la técnica con la que se pretendía representarla, el resultado ha sido muy variado y, en conjunto, magnífico.
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