EL PERSONAJE

Un día como otro cualquiera, el personaje se despierta y decide salir a dar un paseo. Siente el sol en su piel. Se despereza. Disfruta de la agradable sensación que le produce caminar por la mañana un día de primavera sin rumbo fijo.

De pronto, el personaje percibe algo bajo sus pies. Un delgado filo de papel se extiende sobre el suelo. Extrañado, sigue el borde con la mirada sin encontrar su final. Miro en la otra dirección y allí, en una esquina, se dibuja un número 82.

Repentinamente, todo lo que ve se inclina, para acabar plegándose, como un tsunami. Asustado, solo piensa en escapar, pero no hay a dónde huir. Se queda quieto, paralizado.

Todo se vuelve negro e instantáneamente, el personaje se encuentra otra vez en la esquina del filo, pero el número ahora ha cambiado: 84.

Se fija en el suelo y lo encuentra repleto de pequeñas líneas rectas, pero irregulares. Se da cuenta, asombrado, de que son letras “a” “h “n” …, que forman palabras “corazón”, “reloj”, “noche” …, a más aún:  juntos configuran frases: “el delgado foco de luz se desplazó de un lado a otro, iluminando el cielo”.

Se siente desubicado. Un torrente de sensaciones se agolpa en su cabeza, y cada vez tomas más fuerza una única idea: la realidad en la que siempre ha vivido es un libro. Y entonces, el personaje se dio cuenta de que era EL PERSONAJE.

Abrumado y empequeñecido, reflexionó y llegó a la conclusión de que nada de aquello importaba. Si hasta ese momento había sido una ilusión en mente de un lector, seguiría siéndolo una y otra vez.

Entonces, vuelve a su casa, se acomoda en su sillón, abre un libro y comienza a leer.

DANIEL BATALLA, 2º ESO C

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