¿Qué buscábamos con esa “pequeña paliza”?
Se perseguían varios objetivos.
En primer lugar, participar de la experiencia de millones de personas que desde hace más de mil años han recorrido ese camino para llegar al sepulcro del apóstol Santiago.
En segundo lugar, compartir con los compañeros esa vivencia y hacernos solidarios con el esfuerzo y las dificultades de los demás.
Descubrir la riqueza cultural, espiritual y religiosa que ha ido atesorando el Camino a lo largo de los siglos.
Descubrir, también, un tipo de ocio diferente al que la sociedad nos suele ofrecer.
Creo que la experiencia ha sido positiva y todos, creo que sin excepción, hemos regresado más que felices por haber participado de esta actividad, incluso a muchos les ha sabido a poco. ¡Ojalá se pudiera repetir!
Al menos aportamos algunas fotos que ayuden a revivir la expriencia.
Anímate a comentar. Ya lo hicieron…