El olor embriagador de la comida de aquel restaurante tan famoso quedó interrumpido por la pólvora. Andrés miró a la puerta y vio a tres encapuchados con escopetas y metralletas disparando a diestro y siniestro.
Poco después la policía entró y consiguió abatirlos en un duelo a vida o muerte. Pero el caos seguía apoderado de aquella sala en la que tanta sangre mareaba a Andrés.
Cuando ya se tranquilizó todo y comenzaron a limpiar y recoger el restaurante, pusieron un ambientador de lavanda, y fuera unas macetas de jazmines ya que habían sido destruidas. Aquel día marcó un antes y un después en la vida de Andrés.
Lucía Jiménez Sanchidrián. 1ºESO A
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