LA MALDICIÓN DE LA PROFESORA POSEÍDA
A las 23:00 horas de la noche cuando todos los alumnos estaban en sus casas, un ruido estruendoso inundó la segunda planta del instituto
Era una noche de octubre fría y lluviosa, el fuerte viento hacía balancear los árboles del patio. En el aula de 2º ESO B la puerta del armario se abrió de repente, envuelta en una brillante luz surgió el espectro de la profesora Douglas. Su pelo era largo y muy negro, sus ojos con grandes ojeras ardían como el fuego y su cara era de un blanco que parecía azulado, sus labios dibujaban una mueca terrorífica.
Diez años atrás murió en extrañas circunstancias, nadie supo qué fue lo que le sucedió aquella noche de luna menguante a la profesora Douglas, que tenía la costumbre de quedarse hasta muy tarde en el instituto preparando las clases del día siguiente para sus alumnos.
Tenía un fuerte carácter, le gustaba que sus alumnos hicieran todas las tareas que ella preparaba, pero casi nunca conseguía que se esforzaran y terminaran sus deberes. Eso la enfurecía y la hacía sentir culpable de no ser una buena profesora. Por eso su espíritu no descansaba en paz y todas las noches de luna menguante recorría los pasillos del centro buscando alumnos que entregaran sus tareas.
Tina y Santi son alumnos de 2º ESO B, como todos los días vuelven juntos a casa porque son vecinos.
-¡Tina, el archivador! ¡Lo he olvidado en clase! ¡Y el lunes tengo que entregar el trabajo del profesor de literatura!
-Pero Santi, ¡eres un desastre! Y hoy es viernes y el instituto ya estará cerrado, pero espera un momento, podemos entrar por la alambrada de atrás, la que tiene el agujero.
-De acuerdo Tina, me has salvado la vida, vamos.
Tina y Santi consiguen entrar en el instituto, ya es de noche y todo está en silencio. De repente ven una figura moverse en la segunda planta, están muy asustados. Conocían la leyenda de la profesora Douglas pero pensaban que todo era mentira.
El fantasma se les acerca y les grita:
-¡¡El trabajo!!¡ Entregádmelo! o conoceréis el INFIERNO!!!
Tina rápidamente saca de su archivador el trabajo de literatura que debía entregar el lunes, por suerte ella ya lo tenía terminado.
La profesora se lo arranca de las manos y corriendo entra en su aula y se mete en el armario. La puerta se cierra de golpe y el ruido y el viento paran. Santi y Tina huyen corriendo del instituto, consiguen volver a casa pero se preguntan qué pasará la próxima luna menguante.
LIDIA GARCÍA SAMPEDRO. 2ºESO B
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