Valladolid, Bolivia, Madrid. A María se la puede reconocer por su silencio, por su voz firme pero delicada al leer, por sus pañuelos de colores y su mochila siempre en viaje, siempre en búsqueda.
Sus textos son retazos de vida que se entienden. Porque la vida, cuando no se entiende, alguien tiene que explicárnosla, ¿no?
Estuvo en el instituto el pasado miércoles, compartiendo la mañana con 3° y 4° de ESO para contarnos cómo y por qué escribe. La conclusión a la que pudimos llegar escuchándola es, sencillamente porque no puede no ponerle palabras a algunas de las escenas que habita.
Y otra idea: para escribir, hay que leer. Ella habló de mujeres, como mujer que es. De autoras secundadas por la historia que estamos recuperando ahora de otros modos. Gloria Fuertes, es una de sus figuras referente.
Háblame de la lluvia y Nadie hablará de nosotras son los dos libros de María Monjas editados por Huerga y Fierro. A través de la lectura de sus poemas vimos la evolución en su escritura y la recurrencia a escenas cotidianas que convierte en pequeñas piezas poéticas llenas de ritmo y de pausa.
María entiende la poesía como una herramienta de cambio social, de agitación de conciencias, de agua fina que llueve, llueve, llueve en los lugares comunes que nos hacen ser, a todos, mundo y literatura.
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