El día que conocí a mi primo

Me acuerdo de aquel 31 de agosto. Recibí uno de los mensajes que más feliz me ha hecho en toda mi vida. Mi primo había nacido en San Sebastián, yo no sabía que le fuese a querer tanto.

Una semana más tarde, mi familia y yo nos montamos en el coche, solo me faltaban cinco horas para ver a una cosita tan pequeña como mi brazo.

Cuando le vi por primera vez, pestañeó suavemente, con delicadeza. Me miró con unos ojos tan brillantes como el rocío. Su piel suave como la pluma recién caída de un pájaro y sus manitas me hicieron sonreír.

Nunca hubiese pensado que una persona tan pequeña ocupase tanto en mi vida.

AINARA BERMEJO TORRANO 1º ESO B

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