El otro día vino a nuestro centro una de las figuras del deporte español, y mas concretamente del baloncesto, Pepu Hernández, exseleccionador de la absoluta de nuestro país. El deporte del tablero le debe mucho a sus ideas y a ese proyecto campeón que ha continuado con cierta regularidad hasta el Eurobasket conquistado en 2015 con un Pau Gasol enorme, el mejor de nuestro país en su campo a mi modo de ver. Los valores que se transmiten en las distintas actividades físicas son perfectamente aplicables a la vida cotidiana, como lo son la importancia del equipo, la generosidad, la humildad o el tan de moda para los que somos colchoneros, el “partido a partido”. Todo lo podemos aplicar y esa, a mi modo de ver, es una de las razones por la cual el deporte es uno de los elementos que emulsionan la sociedad actual. En él nos miramos, sentimos o padecemos, sufrimos y vivimos para él. Ya bien sea verlo, practicarlo o el simple hecho de ayudar en el banquillo nos aporta sensaciones.
¿Os imagináis un mundo sin deporte? Yo desde luego no. Es una consecución de la humanidad de por mejores inventos del hombre, el cual ha influido en la música, el cine, la literatura y hasta la misma política durante la Guerra Fría en las olimpiadas o la creación de ministerios gubernamentales que se dedican a él. Para mí el rasgo que mas es aplicable a la vida cotidiana es la importancia del equipo; recientemente, hemos visto en un video grabado en el vestuario de la Selección española de Rugby que circula por las redes sociales como han dejado de ser un equipo, son una familia, lo que les une, su misma pasión por el deporte y por los colores que llevan, los de su país. Todos alguna vez en nuestra vida hemos sentido en nuestras carnes la pasión que despierta en nuestra piel y nuestro ser y sí, leñe, hay que gritarlo bien alto, ¡VIVA EL DEPORTE!
Diego del Pozo Bernaldo de Quirós. 2º de Bachillerato
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