En esta serie de entrevistas que estamos realizando a los alumnos que llevan a cabo alguna actividad especial en cualquier rama artística, cultural o deportiva -porque el centro quiere que seáis conscientes de que estamos orgullosos de tener alumnos que, además de estudiar, os esforzáis por cultivar otro tipo de facetas- hoy os queremos presentar a Pablo Lizana, alumno -o más bien, a estas alturas, exalumno- de 2º Bachillerato.
Entrevistador: Hola Pablo. En tu caso, es la música, particularmente, el clarinete, el que ocupa gran parte de tu tiempo libre. Cuéntame cómo surgió este primer acercamiento a la música y, después, a este instrumento, que no es tampoco muy habitual.
Pablo: Bueno, pues empecé con mi hermano. Entró en el conservatorio, porque a mi hermano le empezó a gustar más la música jazz, y escogió el saxofón como su instrumento principal. Entonces, cuando ya pude ingresar en el conservatorio, hice la prueba de acceso. Me dieron a elegir entre piano, trompa y clarinete. No me veía con ninguno de los otros dos y escogí el clarinete.
E.: O sea, entiendo que la música te gustaba desde el principio y fue tu hermano el que acentúa un poco tu deseo de, no solo escucharla, sino de aprender a leer y a tocarla. Cuéntame también un poco tus pasos en el conservatorio. Una vez que tienes el acceso y eliges el clarinete, ¿cómo fue ese primer contacto con este instrumento y qué te pareció?
P.: Bueno, pues se va muy despacio al principio, porque tienes ni idea de lo que es un instrumento ni de lo que es la música y empiezas con clases -por así llamarlo- “prácticas”, en la que te enseñara a tocar el instrumento, a montarlo… lo básico. Y también las clases teóricas para poder tocar música, porque no es solo el empleo de este instrumento, sino que hay un lenguaje musical que está en las partituras. Entonces, te diría que los tres primeros años son sobre todo de formación básica. Y un cuarto año de elemental, que es para la preparación de una prueba acceso a los llamados estudios profesionales.
E.: Seguiste adelante, deduzco.
P.: Seguí adelante. Pasé la prueba de acceso, que da paso a seis años de estudios profesionales orientados a un nivel más alto de instrumentista. Los dos primeros años consisten en asentar lo básico y los últimos cuatro comprenden asignaturas diferentes: armonía, historia de la música… Se pueden elegir optativas.
E.: ¿Tienes solfeo?
P.: Sí, los seis primeros años (elemental y los dos primeros de profesional).
E.: Has cursado, pues, los cuatro años de elemental y los seis de profesional, ¿verdad? Terminas con el título de Enseñanzas profesionales de Música.
P.: Enseñanzas profesionales de Música, especialidad clarinete, lo que te permite ya impartir clases a un nivel menor, pero también tienes la opción de continuar estos estudios en lo que se denomina los estudios superiores del instrumento que hayas escogido, que ya sería como una carrera centrada en la música (no tiene por qué ser sobre tu instrumento). Hay bastantes vertientes, como la musicología, más orientada un poco a la psicología; puedes graduarte como historiador de música… hay bastantes vertientes.
E.: En tu caso, no has continuado con los superiores, ¿no?
P.: No, yo voy a realizar estudios universitarios, en concreto Biología.
E.: ¿Cómo vas a enfocar esto de la música durante este periodo que vas a comenzar?
P.: Pues después de diez años ligado al clarinete, yo creo que sí que se va a perder un poco ese contacto diario con el instrumento, pero creo que nunca va a quedarse fuera de mi vida. Realmente, el tocar el clarinete ayuda con temas de estudio, de estrés… es un momento que te puedes tomar para relajarte. A lo mejor, lo dejo un poco aparte, pero sin dejarlo del todo. Luego también están opciones de unirme a pequeños grupos de música…
E.: Claro, eso quería comentarte, porque he visto carteles que anuncian conciertos y te visto a ti y, bueno, veo que hacéis “bolos,” como se suele decir, o no sé si ya conciertos un poco más serios. Cuéntame. Esta experiencia, ¿cómo surgió?, ¿cómo se llama el grupo y qué tipo de actividades desarrolláis?
P.: Bueno, pues, para empezar, fuera del ámbito de enseñanza, puedes elegir la opción de la charanga, que hace música para las fiestas patronales, fiestas de pueblo, etc. Se trata de una agrupación musical cuyo repertorio son las canciones populares. Luego, un poquito más serio, por así decirlo, puedes unirte a un grupo de música que tenga aspiraciones un poco más elevadas: a una banda municipal, por ejemplo. Puedes intentar incluso opositar a orquestas… Tienes bastantes opciones. En mi caso, el tema del concierto viene dado por la asignatura de Jazz, que se imparte de 5º a 6º de Profesional. Y, bueno, el profesor propone varias partituras y alumnado las va interpretando. Al final, el profesor propone un concierto en una sala o en un restaurante y se interpreta como un “bolo”; de ahí sale, sobre todo. Es una asignatura un poco diferente de las demás, ya que el jazz es un estilo que es totalmente distinto al clásico que se enseña en el conservatorio.
E.: En el grupo, ¿qué tocáis? ¿jazz? ¿música más popular, folclórica o verbenera?
P.: Sobre todo, jazz, pero también hemos tocado limbo, bossa-nova… muchos estilos también latinos y alguna que otra canción de pop actual. Pero, sí, sobre todo temas de jazz, con el piano y acompañado de viento.
E.: ¿Cómo se llama el grupo? ¿O es una agrupación eventual, despendiendo de los instrumentos disponibles o de otros factores?
P.: Al ser anual la asignatura, suele ser estable, aunque luego depende. Los integrantes van variando, dependiendo del curso. Más o menos está compuesto por quince músicos repartidos entre saxofones, clarinetes, flautas, algún que otro metal, pero sobre todo esos tres instrumentos. El profesor acompaña con el piano y con una serie de pistas que tiene en el ordenador. Asistir y verlo en directo es bastante curioso, porque hay obras en las que intentamos incluir al público. En una ocasión, empezamos a pasear por el restaurante haciendo la conga y la gente se iba uniendo mientras tocábamos. Fue una experiencia bastante divertida.
E.: Ya te vas el instituto Jorge Santayana y haber compaginado estudios musicales con los estudios aquí supongo que requiere cierta habilidad para saber sobrellevarlo, ¿no? Porque entiendo que el conservatorio exige tiempo y esfuerzo.
P.: Este es un tema fundamental en la vida de un estudiante de conservatorio y de insti. Al final, se va sacando. Pero sí que es verdad que no viene mal que los profesores intenten comprender que estás haciendo un esfuerzo extra. Sí que creo que merezca la pena. Consigues dos títulos en el tiempo de uno, aunque, obviamente, si te ves muy apurado en estudios de bachillerato del instituto es mejor apartar un poco el conservatorio. Pero yo diría que sí que es posible.
E.: Aparte de que en un futuro nunca se sabe… Por lo que me has comentado, quieres estudiar biología, pero la música ahí está. Nunca sabes si la vas a reencontrar en el camino y, bueno, es un conocimiento que siempre vas a poder aplicar, que te ayuda formarte, a desarrollarte y a ver y a comprender otro tipo de realidades y mundos que forman parte de este que vivimos. Tú, por lo que has dicho, sí que recomiendas el estudio de la música. ¿Qué te ha aportado la música?
P.: Yo sí lo recomendaría. Además de las amistades que haces en este ámbito, te aporta una cosa que es totalmente diferente a lo que tienes ya, de por sí, con el instituto. Como ya he comentado antes, la música te sirve para relajarte, incluso para organizarte, porque sabes que esos tiempos que tengas libres los pueden usar o para esa música o para descansar. Al final, es bastante más sencillo de lo que se cree. Lo complicado sería ya el tema de la carga de estudio, pero, bueno, también es algo que se puede llevar a cabo con trabajo diario.
E.: ¿Vas a dejar el grupo a ahora que te vas fuera o vas a contactar allí con algún grupo para tocar de vez en cuando y no perder los buenos momentos que te da el clarinete y la música?
Sí, por desgracia, yo voy a tener que irme del grupo. Probablemente llegue gente nueva de cursos inferiores, pero el plan es buscar en Madrid, que es donde voy a estudiar, alguna banda e intentar integrarme.
E.: Pues, nada, muchas gracias, Pablo. Te deseamos toda la suerte del mundo en tus estudios y que la música te acompañe, como una especie de fuerza en la vida para siempre.
P.: Muchas gracias.
Anímate a comentar. Ya lo hicieron…