Érase una vez un hombre que quería salir de un cuadro para adentrarse en otro. Disfrutaba viendo a la gente que pasaba por delante de su habitáculo cuando estas se emocionaban al ver otras pinturas. Un día pensó en salir, disfrutar él también del entusiasmo que sentía esa gente, pero él no quería verlo, quería vivirlo.
Entonces esa misma noche, con mucha fuerza de voluntad, sacó un pie, luego un brazo. Con este mismo se agarró en el paraguas de otro cuadro para no caerse. Se adentró en aquellas bellas pinturas que exhibía el museo. Pudo hablar con la Mona Lisa y ver paisajes espléndidos… Al final cumplió su sueño.
RAFAEL MARTÍN DOMÍNGUEZ 2º ESO C
Anímate a comentar. Ya lo hicieron…