“Pobrecitas las madres”

SALMANE EL KELAI 1º ESO B

Dice Mario que las responsables son las madres

MARIO MATÍN ENCABO 1º ESO D

Seguridad en internet en centros escolares (I)

“Odio la poesía”

Una vez más –ya es el tercer año consecutivo- hemos contado en nuestro instituto con la presencia del actor Fernando Saldaña, que ha realizado para nosotros una actividad de animación a la lectura.

En esta ocasión, con el espectáculo Odio la poesía, ha intentado motivarnos para que hagamos justo lo contrario que dice el título: para que leamos poesía y veamos que puede ser una actividad que nos aporta muchas cosas como personas.

Para ello ha ido leyendo varios poemas, pero no con una simple recitación, sino “convirtiéndose” en distintas personas por medio de cambios de vestuario, de gestos y de voces. El momento de mayor emoción fue la recitación del poema “Poderoso caballero es don dinero”, donde tres afortunados que salieron al escenario tuvieron la posibilidad de ganar un billete de 50 euros que al final acabó siendo para Fernando Saldaña. El actor arriesgó el billete pero no lo perdió (¡y no sabemos cómo lo hizo!).

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Ávila, antes y ahora (VI)

Ávila, antes y ahora (7)

 

La foto mostraba, como todos habéis indicado, la iglesia de San Esteban, en la antigua calle La Rúa (hoy Vallespín) que era la principal vía de acceso al centro desde toda la zona al oeste del río Adaja. Lo que más destaca de la evolución de la zona mostrada es que dada la recuperación demográfica y urbanística de esa zona los edificios construidos nos impiden ver el deteriorado lienzo interior norte de la muralla que se aprecia en la foto antigua. Asimismo vemos en ella un crucero junto a la iglesia, uno de los muchos que existían en la ciudad (y de los cuales bastantes aún se conservan) que formaban esa otra “muralla” la que protegía la ciudad a nivel espiritual.

En cuanto a las fotos, algunas de ellas siguen sin tener el encuadre correcto (vuelvo a recordaros que a veces hay que hacer un plano más amplio y recortarlo si es necesario antes de enviarla) y que lo que ningún habéis conseguido reproducir es al paisano que aparece en la foto original, pero es que eso ya sería mucho pedir ¿no?

La clasificación actualizada, es la siguiente:

Irene Abajo 2ºC 19 puntos
Luis García Nieto 3º A 16 puntos
Miguel Gómez Almarza 2º D 16 puntos
Zulema Collado Martín 2º D 16 puntos
Ana del Nogal Arribas  2º B 10 puntos
Beatriz Rodríguez Blázquez  B2A 9 puntos
Javier Caballero Muñoz 1º D 4 puntos
Elvira Salvo Barderas 2º D 3 puntos
Borja Encinar Sanz 2º B 3 puntos
David Antona  3ºA 3 puntos
Unai Bermejo 2 puntos
Diego García Resina 3º A 2 puntos
Raquel Gómez Serna 2º C 2 puntos
Miriam Nieves Gómez 3º B 2 puntos
Sergio García del Pozo 1º A 2 puntos
Andrea Sánchez 1 punto
Marta Vergara 2º D 1 punto

La siguiente foto nos envía a otra zona de la ciudad con dos importantes y peculiares elementos de interés, que seguro los reconocéis. Eso sí, la respuesta debe incluir el nombre tanto de la fuente como de la iglesia.

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Foto de Isidro de Benito. 1895

Mi gallina

El jueves 10 de noviembre vinieron a mi corral los de la Asociación Ganeca a por una gallina castellana negra para llevarla al campeonato de España que empezaba el 11 de Noviembre y acababa el 13. En el campeonato, la puntuaron con 95 puntos y quedó cuarta, empatada en puntos con la tercera , la segunda tuvo 96 y la primera 97.
 Cuando me lo dijo mi padre no me lo creía. Estaba muy contento pero con rabia, porque la otra, por tener  la cresta un poco mas caída no quedase la tercera pero para ser el primer año que llevamos una gallina al campeonato de España, un cuarto puesto no esta nada mal.
La gallina regresó a Avila bien ya que en campeonatos en los que hay tantas aves se suelen poner malas; por eso es jugartela un poco llevar al mejor animal de tu cría de ese año y que se muera .
Estuvo en cuarentena por si tenía algo contagioso, para que no se lo pasase a las otras. Ahora, ya está bien.
Esta es una foto de mi gallina.
DIEGO NUÑEZ ESTRELLA 2ºA
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Jornada 11 Juegos Escolares

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Un cuento

Había pasado una hora olfateando casi todos los rincones de la casa, buscaba el calcetín rojo. Con mucho esfuerzo había buscado debajo de las camas, en el antiguo cajón de los juguetes, en la cocina y hasta en los armarios, claro que para un perro buscar dentro de los armarios debe de ser complicado, pero él no era un perro cualquiera.1

Su niño le había enseñado muchas cosas: a utilizar las patas para abrir las puertas, entrar y salir de casa sin que mama se diera cuenta y a ladrar como si alguien tocara la puerta. Justo cuando mamá sacaba las galletas del horno, el pequeñín de puntillas robaba un par de ellas, siempre había una para él.

Los  calcetines rojos eran sus favoritos. Después de la ducha  siempre pedía a mama que se los pusiera, eran de algodón y tenían patitas de goma en la parte de abajo. Al ponérselos salía disparado a buscarlo.

–No corráis dentro de la casa-  decía mamá. Pero no la escuchaban.

Ese momento era mágico para los dos. Corrían alrededor de la mesa, iban detrás de la pelota, se metían debajo de los muebles y de las camas… cualquier aventura. Para un perro tener un compañero  de juegos que anda a dos patas es un poco extraño, pero no se lo cuestionaba demasiado, solo esperaba ansioso a que mamá sacara de la cómoda el par de calcetines rojos para que comenzara la diversión.

Pero el tiempo pasa y aquella época parecía cada día más lejana. El niño ya no robaba galletas ni lo buscaba para correr alrededor de la mesa… Él tampoco era el mismo, el amigo alegre y activo siempre listo para corretear había desaparecido. Poco quedaba. El pequeñín antes era más bajo, ahora un poco más alto, iba  todos los días  a su cama a  saludarlo y a darle un rapidísimo paseo alrededor  de la casa, ya no  corrían juntos  pero se acompañaban con la seguridad de que compartían una amistad intacta.

Un día el de la bata blanca “él medico” se acercó a él sin medicinas ni inyecciones, acarició su cabeza y mirando al pequeñín les dijo –“Es hora de no volver”-

No se sabe cuántas palabras pueden entender los perros pero este, al  escuchar estas palabras, se quedó feliz. Al llegar a casa solo quería conseguir ese calcetín.

Aquella  mañana su niño fue a despertarlo para darle su rapidísimo paseo matutino pero él ya no despertó. Cuando le sacaron de su cama encontraron entre sus patas un par de calcetines rojos  con patitas de goma en la parte de abajo.

ÓSCAR TAPIA CABALLERO 1º ESO B

Jornada 10 Juegos Escolares

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