Día 5: Arzúa-Pedrouzo
7,30h. Suena despertador. La pared de enfrente sigue estando en el mismo lugar. La mente aún no se ha despertado. Tenemos un solo dolor ¡En todo el cuerpo! Al menos no llueve. Salimos del pueblo con unas subiditasss, ¿Quién dijo que ya no había cuestas? En mitad de la jornada, parada en la Casa Verde, muy peculiar pero fantástica. Hoy volvemos antes. Hay bendición de peregrinos y ¡Partidoooo!! Mañana llegamos.
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